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La 'piel de zapa' del café arábica

El café aporta energía a nuestras vidas cotidianas e impulsa los medios de vida de 25 millones de caficultores a nivel mundial, la mayoría de ellos pequeños agricultores que dependen directamente del café para su sustento. -Foto: Neil Palmer (CIAT)

Al igual que la novela 'la piel de zapa' del escritor francés Honoré de Balzac, el área cafetera en Centroamérica se encoge a medida que las temperaturas aumentan y los patrones de precipitación cambian, dejando a los pequeños productores de café vulnerables y con la necesidad de adaptarse rápidamente.

Esta historia fue publicada originalmente en el blog de noticias del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT). Leer el original.

Cada año, en el mundo se toman unas 400 mil millones de tazas de café, lo que convierte a este cultivo en uno de los productos básicos agrícolas más ampliamente comercializados de los trópicos. El café aporta energía a nuestras vidas cotidianas e impulsa los medios de vida de 25 millones de caficultores a nivel mundial, la mayoría de ellos pequeños agricultores que dependen directamente del café para su sustento.

Los cafetos tienen la peculiaridad de producir sus mejores granos en altitudes superiores en un clima tropical en donde las temperaturas sean estables y el suelo fértil. Estas condiciones se encuentran generalmente a lo largo de la zona ecuatorial.

El problema es que, en muchas zonas tropicales de Mesoamérica, el café ya no estará en su 'zona de confort', a medida que se alteran las temperaturas y las precipitaciones. De hecho, tanto los modelos como los agricultores confirman que los cambios climáticos reducirán el área apta para el café y desplazarán efectivamente su producción a altitudes superiores y climas más frescos. En América Central en general, la elevación óptima para la siembra de café pasará de 1.200 metros sobre el nivel del mar a 1.600 metros para el 2050.

Según un estudio reciente realizado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) en El Salvador, Guatemala, México y Nicaragua, esto afectará a una cantidad de familias caficultoras vulnerables, que actualmente no poseen la capacidad de adaptarse a nuevas condiciones. El estudio propone un marco para evaluar la vulnerabilidad de esos pequeños productores frente al cambio climático y desarrollar estrategias de adaptación ajustadas a sus condiciones específicas.

En México y América Central, más de 4 millones de personas dependen directamente de la producción de café para sus medios de vida; y la producción, compra y procesamiento del café emplean un estimado de 8.5 millones de personas en la región. La generación de empleo e ingresos a partir del café también es especialmente significativa para muchas poblaciones autóctonas en México y Guatemala.

Las familias que participaron en el estudio identificaron como estrategias generales para la adaptación al cambio climático el desarrollo o mejoramiento de tecnologías, como el riego por goteo en áreas con alto riesgo de sequía, manejo de sombrío, manejo de la fertilidad del suelo, control de plagas y enfermedades, conservación de suelos y agua del subsuelo, y adopción de nuevos cultivos para adaptarse a las condiciones futuras.

Lea el resto de la historia en el blog de noticias del CIAT

Lea el artículo revisado por pares: An Integrated Framework for Assessing Vulnerability to Climate Change and Developing Adaptation Strategies for Coffee Growing Families in Mesoamericaby Maria Baca, Peter Läderach, Jeremy Haggar,Götz Schroth, Oriana Ovalle

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Stefanie Neno es Coordinadora de Información Pública para el CIAT, en Palmira, Colombia.

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