Estrategias de los agricultores para adaptarse al cambio climático en Colombia
Por esta razón, algunas agencias de desarrollo han creado herramientas participativas que permiten que las comunidades se involucren en procesos de toma de decisiones, compartan su valioso conocimiento y contribuyan en las soluciones para adaptarse al cambio climático (por ejemplo, la herramienta e-learning de LA FAO, la herramienta Cristal de IISD, el manual de vulnerabilidad al cambio climático y capacidad de análisis de CARE). Estas herramientas permiten a las comunidades locales y a los investigadores trabajar juntos para identificar impactos locales producidos por el cambio climático y determinar posibles soluciones.
Sin embargo, estas metodologías han sido poco estudiadas a fin de evaluar su eficacia en obtener la información necesaria para crear planes de adaptación. Por lo tanto, Bioversity International, en colaboración con el Instituto para Estudios del Desarrollo, ha iniciado un proyecto para probar la efectividad de estos métodos en obtener información para evaluar la vulnerabilidad al cambio climático de comunidades locales.
El pasado abril, el equipo de Bioversity International inició la primera fase campo con dos comunidades rurales ubicadas en el cañón del Chicamocha, uno de los cañones más profundos del mundo. El cañón del Chicamocha se considera como una de las regiones más vulnerables al cambio climático en Colombia, ya que la escasez de agua y la desertificación han incrementado notoriamente en las últimas décadas (Reporte del IDEAM 2010).
Bioversity, en asocio con la Fundación Conserva, una organización Colombiana que trabaja en la zona desde el año 2004, realizaron un taller y una encuesta usando una combinación de herramientas participativas. El motivo fue determinar si estas captan las diferentes perspectivas tanto de hombres como de mujeres y quienes son más vulnerables al cambio climático.
El mayor reto fue asegurar la asistencia de los agricultores al taller, ya que para ellos significa sacrificar horas valiosas del trabajo en campo. Aunque el taller no ofrece ningún beneficio económico directo, las visitas previas al área nos han permitido construir relaciones cercanas con la comunidad local, e invitarlos personalmente a participar de éste. Además, les propusimos la idea experimentar estrategias de adaptación al cambio climático ofreciéndoles cantidades pequeñas de semillas de diferentes cultivos y variedades. El tema de las semillas les interesa mucho debido a que el acceso a éstas es limitado, aun en pequeñas cantidades para el establecimiento de huertas caseras. Como resultado, la comunidad fue muy receptiva, todos nos abrieron sus hogares, compartieron un poco de sus vidas y aprendieron un poco de nosotros.
Durante el taller, los participantes dibujaron mapas de su localidad con el fin de identificar los principales recursos físicos y naturales, así como los riesgos climáticos que afectan su bienestar y economía. Dibujar aspectos de su territorio como casas, cultivos, ríos y bosques; fue una de las actividades que los participantes más disfrutaron y fue importante para entender la dinámica de la comunidad, los riesgos climáticos y los planes para reducir dichos riesgos.
El taller nos permitió tener una visión de cómo el clima está afectando los recursos locales. Pudimos identificar que estas comunidades están enfrentando largos periodos de sequía que afectan sus cultivos y limitan su diversificación en la región. Además, ciertos cultivos importantes en la región, como el fique –una planta de la cual se obtienen fibras- están sufriendo a causa de otras amenazas.
Los productores de fique están involucrados no solo en el cultivo de esta planta, sino en su hilado, teñido y en la elaboración sacos; lo que requiere tiempo y esfuerzo que no representa un ingreso económico significativo. Los sacos de fique se han usado históricamente para transportar productos (como el jute en otros lugares), pero está siendo reemplazado por materiales más económicos como el polipropileno. Algunos locales coinciden en que quieren reemplazar estos cultivos por otros que representen mayores ingresos económicos, pero abandonar estas tradiciones no es una decisión fácil. Todos los miembros de la familia están involucrados en el proceso de la producción del fique desde muy jóvenes y muchos de ellos no tienen otra alternativa económica.
Como lección, los organizadores aprendimos del taller que los métodos participativos necesitan ser parte de un amplio proceso de inclusión de la comunidad, con beneficios claros. Por ejemplo, estos métodos pueden ser empleados en combinación con la introducción de semillas (usando la metodología de Bioversity Seeds for Needs). Otra opción podría ser a través de promover fondos innovadores para la comunidad, como la iniciativa “fondos de apoyo para la innovación local”, desarrollada por Prolinnova, organización socia de CCAFS.
Más del proyecto ‘Seeds for Needs’: Farmers become citizen scientists: Testing wheat crops for climate change adaptation
Bioversity will continue to work with this community, and carry out more meetings throughout the year to identify local climatic trends, the seasonality of crops in relation to these trends, the level of impact that climate hazards have on livelihoods, and local adaptation strategies. It is important to improve participatory methods for assessing climate change vulnerability to ensure adaptation strategies respond to local needs.
Ver más fotos: "Climate change adaptation in the Americas" por Bioversity International
Esta historia también fue publicada en el sitio web de Bioversity International
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Esta historia fue escrita por Marcela Beltrán, de Bioversity International.
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