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¿Es la producción agro-silvopastoril clave para el crecimiento del Sahel?

Des experts expliquant certaines technologies et pratiques intelligentes face au climat aux agriculteurs de Cinzana, au Mali
Expertos explicando algunas tecnologías y prácticas climáticamente inteligentes a los agricultores de Cinzana (Malí). Foto: D. Dembélé (CCAFS)
La producción agropecuaria silvopastoril también podría considerarse como el cambio de juego en la región del Sahel con el poder de crear empleos además de garantizar la seguridad alimentaria.

La región del Sahel es una de las zonas más vulnerables del mundo. Se ha visto afectada durante mucho tiempo por conflictos recurrentes, la inseguridad y la variabilidad del clima, y casi el 80% de su población vive con menos de 2 dólares al día. Con su baja productividad, sus mercados subdesarrollados y su vulnerabilidad al cambio climático, Malí es un país especialmente afectado.  

El Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) notó que, a pesar de sus malos resultados, el sector agrícola sigue siendo la piedra angular de la economía de Malí y tiene un gran potencial para impulsar el crecimiento económico. Por consiguiente, CCAFS y sus socios establecieron un Territorio Sostenible Adaptado al Clima (TeSAC) en Malí, con el fin de poner a prueba una serie de intervenciones adaptadas al clima.

La integración de los sistemas de producción ganadera en el TeSAC se considera una oportunidad única para impulsar el sector ganadero de la región de Segou, teniendo en cuenta su enorme potencial no explotado para la mitigación de la pobreza y la mejora de la seguridad alimentaria. Con el fin de aprovechar esta oportunidad, CCAFS de África occidental -junto con su asociado nacional, el Instituto de Economía Rural (IER), y organizaciones comunitarias locales- inició un proyecto para el establecimiento de sistemas agro-silvopastoriles (cultivos-árbol-ganadería) sostenibles y adaptados al clima. 

El proyecto de investigación agro-silvopastoril tiene como objetivo: 

  • Establecer parcelas de demostración con jardines estacionales, diversas técnicas de conservación del suelo y el agua y variedades de cultivos mejoradas
  • Promover y ampliar la adopción de sistemas agro-silvopastoriles climáticamente inteligentes para mejorar y mantener la disponibilidad de forraje y la nutrición del ganado
  • Tener evidencias con el propósito de escalar varias prácticas y tecnologías de agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC)

Mejora de la resiliencia y de las condiciones del suelo

Los sistemas agro-silvopastoriles son prácticas de uso de la tierra en las que los árboles y los cultivos se integran en la producción ganadera, y desempeñan una función esencial en la reducción de la vulnerabilidad y el aumento de la resistencia de los cultivos, ayudando así a las comunidades a afrontar mejor los riesgos climáticos. Los árboles y arbustos que se plantan como parte del modelo también aumentan la retención de carbono en el suelo, así como la biomasa. Según el Dr. Siaka Dembélé, investigador del IER y coordinador del TeSAC de Cinzana, una de las ambiciones comunes es la producción de especies que puedan adaptarse a las condiciones climáticas y producir mucha biomasa que se utilizará para alimentar al ganado vacuno y ovino incluso durante el período seco en los años venideros.

The women's group is plowing their market garden plots which will be used all year round. Photo: S. Dembélé (IER)

Un grupo de mujeres está arando sus parcelas en la huerta, que se utilizarán todo el año. Foto: S. Dembélé (IER)

En un terreno de 4 hectáreas en el TeSAC se están llevando a cabo varias prácticas ASAC por parte de hombres y mujeres productores. El perímetro está ordenado y subdividido en espacios bien definidos dedicados al pastoreo y la agricultura, que incluyen la horticultura y la plantación de especies forrajeras. 

Los agricultores locales organizados en grupos de trabajo comunitarios aprenden prácticas de manejo del suelo que les permiten explotar el suelo degradado. También aprenden a cultivar y mantener algunas especies forrajeras en peligro de extinción, como Gliricidia sepium o Ceiba pentandra. La combinación de especies forrajeras leguminosas, como Gliricidia sepium, con cultivos locales básicos, como el millo, no sólo dio lugar a una mayor producción de piensos, sino también a una mejora de las condiciones del suelo y al secuestro de carbono. 

Mejora de la calidad de vida

Además de servir como iniciativa local de mitigación de los riesgos climáticos, se espera que el proyecto agro-silvopastoril ofrezca nuevas fuentes de ingresos a los agricultores, criadores y cultivadores de hortalizas (principalmente mujeres), que proporcione redes de seguridad en épocas de pérdidas o déficit de ingresos, de ganado o de hortalizas, y que sirva como posible vía de salida de la pobreza rural y la inseguridad alimentaria.

El vivero y el huerto (bajo la dirección de mujeres) ya están dando frutos. Las especies forrajeras cultivadas en el vivero son buscadas en la localidad e incluso fuera de ella, lo que asegura una alta demanda de la producción. Las hortalizas que se cosechan todo el año en el huerto, una vez vendidas, constituyen una importante ventaja para las mujeres, que por lo general sólo ganan lo suficiente para cubrir los gastos básicos del hogar. Además, las hortalizas que se conservan para el consumo doméstico también mejoran la seguridad alimentaria y nutricional del hogar.

El beneficio más importante de la huerta no es sólo la generación de ingresos, sino también la contribución a la salud de las mujeres y los niños a través de los nutrientes que se obtienen de las verduras cosechadas para el consumo doméstico".

Mariama, una productora de verduras

El modelo de producción agro-silvopastoril de Cinzana demuestra que los agricultores, acompañados por expertos en investigación participativa, pueden co-crear soluciones apropiadas sobre el terreno, tomar medidas útiles para adaptar sus prácticas agrícolas a fin de asegurar un suministro fiable de alimentos y generar ingresos vitales y sostenibles.

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Dansira Dembélé es la Oficial de Comunicaciones del CCAFS de África Occidental. Siaka Dembélé es el coordinador del TeSAC en Cinzana, Malí.