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Con la preocupación cada vez mayor por el cambio climático, se ha vuelto necesaria la construcción y el uso adecuado de la información climática, con el objetivo de incorporarla en las políticas y estrategias de los países en vías de desarrollo.

El uso cada vez mayor de tecnologías y prácticas no sostenibles, pone en especial grado de vulnerabilidad a la naturaleza, en donde toda la biósfera del planeta está expuesta a daños irreparables. De esto se deriva la tarea imprescindible de proteger a la vez nuestras vidas y nuestro ecosistema.

El filósofo alemán, Hans Jonás, en su obra 'El principio de responsabilidad: ensayo de una ética para la civilización tecnológica' nos hace saber de modo imperativo que debemos actuar de tal manera que "los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica”, o también negativamente: “No pongas en peligro la continuidad indefinida de la humanidad en la Tierra”.

En consecuencia con ese pensamiento, y para que nuestra vida en este mundo sea compatible con nuestro entorno, es necesario que nuestras acciones se ajusten a las leyes de la naturaleza, y en última instancia, construir un acuerdo socio-natural con ella. En este contexto, no son pocos los Estados, las comunidades locales y las instituciones civiles que asumen el reto de entenderse con su entorno.

En Honduras nos proponemos ver hacia el futuro, y visualizamos la necesidad de generar información adecuada para intervenir dentro del sector agro alimentario.

Con la preocupación cada vez mayor por el cambio climático y sus consecuencias para la sostenibilidad de la vida en el planeta, se ha vuelto necesaria la construcción calificada y el uso adecuado de la información climática, con el objetivo de incorporarla en las políticas y estrategias de los Estados, especialmente en los que se encuentran en vías de desarrollo, cuyas poblaciones más vulnerables en su gran mayoría son agricultores que cultivan granos básicos para su subsistencia, y por falta de información están sujetos a tomar decisiones para suplir sus necesidades elementales basándose casi en la total incertidumbre.

Para corregir esta situación, es importante que las naciones se provean de una plataforma de información agroclimática, entendida como un proyecto básico para adelantar soluciones dentro del sector agroalimentario. En Honduras nos proponemos ver hacia el futuro, y estamos visualizando la necesidad de generar información adecuada para intervenir dentro del sector agroalimentario, vulnerable a las irrupciones de la variabilidad climática.

Por lo mismo, cabe preguntarse si Honduras es capaz de asumir, en el contexto agroclimático, el reto de generar una plataforma unificada para la construcción,  tratamiento y entrega adecuada de la información agro-meteorológica, teniendo en cuenta los avances hasta ahora realizados, que son evidentes en las metodologías de control de calidad y en la implementación de procesos para asegurar buenos registros.

Conozca la experiencia de Colombia implementando las Mesas Técnicas Agroclimáticas en el blog: La adaptación no es ‘talla única’: adaptar cultivos con predicciones climáticas a escalas locales es posible

Para el experto agroclimatólogo colombiano Francisco Boshell, para unificar esta información es necesario el establecimiento de una Plataforma de Información Agroclimática para el Sector Agroalimentario de Honduras, que sea coordinada y liderada por la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), que permita unificar y homogenizar toda la información disponible; asimismo, proponer el establecimiento de Sistemas Participativos de Alertas Agroclimáticas Tempranas (SPAAT) para la toma y suministro de los datos que los pequeños productores requieren, en una escala local.

En este contexto tiene mucho sentido proponer, en el marco de operativizar la Plataforma, instalar las Mesas Técnicas Agroclimáticas (MTA), que en Colombia son un éxito. Esta innovadora iniciativa se propone integrar los actores del sector agropecuario a nivel local para informar a los productores sobre los cambios esperados en el clima de su región, y poder así tomar mejores decisiones para sus cultivos.

Conozca más: Mesas Técnicas Agroclimáticas, acercando los pronósticos estacionales a las necesidades de los agricultores.

Sin duda, las MTA son de gran ayuda para el productor local para tomar decisiones, como la de mover una o dos semanas la fecha de siembra, dependiendo del cultivo y de las condiciones climáticas, a fin de que el suelo esté más apto y el cultivo pueda recibir la cantidad de agua y radiación solar que requiere. Esto mejora las posibilidades de que el cultivo tenga un rendimiento sobresaliente, o al menos reducir las pérdidas que pueden ser evitables.

Las medidas adaptativas también son parte esencial de los servicios de las MTA, por lo que cabe esperar que éstas sean integradas por socios clave a nivel local: autoridades de gobierno, academia, gremios de productores, centros de investigación, etc., y puedan ofrecer información y acciones para que los productores puedan generar una agricultura sostenible adaptada al clima.

Cada región agrícola de las MTA tiene sus particularidades que son tenidas en cuenta a la hora de formular las recomendaciones, a fin de que estas tengan mayor sentido para los productores.

Conozca más en el blog: Experiencias y conocimientos ancestrales enriquecen los pronósticos agroclimáticos

Estas Mesas permiten también generar espacios de discusión entre los actores clave para la construcción de información agroclimática local, con el fin de identificar las mejores prácticas de adaptación a los fenómenos climáticos. Para fortalecer este eslabonamiento, es importante que las MTA produzcan un boletín, o de otro medio pedagógico masivo y reproducible, para transferir esta información a los técnicos y productores locales. Este instrumento ofrecería, entre otras cosas, predicciones estacionales y pronósticos climáticos analizados en la mesa, junto con medidas adaptativas según el tipo de cultivo.

Es necesario aplicar un sistema de control de calidad a esta información para asegurar que ésta sea óptima y puedan evitarse riesgos, pues es claro que los productores locales son los usuarios más valiosos y a ellos debemos responderles sin demora y rodeos; esto significa el mantenimiento periódico de las estaciones meteorológicas hasta la verificación en campo de la información proporcionada mediante las observaciones de bioindicadores, vegetales, animales y físicos, del clima local, combinándolas con los saberes ancestrales y la ciencia.

Según la opinión de algunos, las exigencias de implementar estas plataformas de información son 'utópicas' o demasiado ambiciosas. Sin embargo, esas utopías con las que soñamos nos permiten anudar valores y propósitos, fomentando nuestro desarrollo como sociedad y nación. Muchas utopías están en camino y otras han sido sustituidas con el tiempo, pero su falta de realización no les resta valor: las utopías en realidad nos impulsan a realizar proyectos más allá de las capacidades que creíamos tener.

Walter Rodezno es Especialista en Investigación y Tecnología, de la Unidad de Cambio Climático de la Secretaría de Agricultura y Gandería (SAG) de Honduras.

Editado por José Luis Urrea, Oficial de Comunicaciones de CCAFS América Latina.