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Nuevo artículo científico utiliza la intensidad de las emisiones y la productividad del agua del arroz de riego para evaluar la inteligencia climática mediante la aplicación de un Índice de Inteligencia Climática (CSI).

Desde su lanzamiento por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 2010, el enfoque de Agricultura Sostenible Adaptada al Clima (ASAC) ha sido moldeado por la gran cantidad de evidencia que demuestra cómo la gestión agrícola adecuada puede promover una agricultura sostenible en escenarios de cambio climático.

La evidencia en torno a la ASAC tiene como objetivo evaluar objetivos claros que se aplican ampliamente a todos los sistemas agrícolas como: "aumentar de manera sostenible la productividad y los ingresos agrícolas; adaptar y construir resiliencia al cambio climático; y reducir y / o eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero, cuando sea posible".

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Aunque la ASAC se basa en declaraciones claras y pilares bien conocidos (mitigación, adaptación y productividad), la “inteligencia climática” entendida como un atributo de los sistemas agrícolas que logran los objetivos de CSA es más compleja de entender. Tal complejidad radica en el hecho de que la inteligencia climática variaría según las prioridades de adaptación y mitigación, las condiciones agroclimáticas, los riesgos climáticos, la idoneidad de las prácticas, entre otros.

Por ejemplo, las tecnologías de riego que ahorran agua son altamente recomendables en los campos de arroz propensos a la escasez de agua. Sin embargo, los suelos arcillosos son más adecuados para tales prácticas, ya que son propensos a generar mayores ahorros de agua sin penalizaciones de rendimiento que los suelos arenosos.

Del mismo modo, durante la estación seca, la escasez de agua podría ser un problema prioritario, pero esto podría cambiar durante la temporada de lluvias, donde el problema principal podría ser la producción de metano por el anegamiento prolongado.

Definir "cuándo" una práctica contribuye a la inteligencia climática y "cuánto" lo hace, es importante para apoyar la evaluación y el monitoreo de tecnologías climáticamente inteligentes, así como contribuir al informe sistemático de la evidencia, facilitando análisis globales y comparaciones espacio-temporales.

Diseño de un Índice de Inteligencia Climática

Para contribuir con una evaluación confiable y replicable de tecnologías climáticamente inteligentes, se propuso un marco metodológico para el diseño de Índices de Inteligencia Climática (IIC). Este trabajo se presentó en un artículo científico titulado: "Un índice de inteligencia climática (IIC) basado en la intensidad de los gases de efecto invernadero y la productividad del agua: aplicación al cultivo de arroz".

Este marco siguió la estructura del diseño genérico de un índice compuesto. Primero, se desarrolló un marco conceptual basado en la definición de inteligencia climática para el arroz; segundo, se seleccionaron indicadores para representar dicha inteligencia climática y, finalmente, se decidió la ponderación y la agregación de dichos indicadores.

El IIC resultante, agrega indicadores normalizados de productividad del agua (PA) e intensidad de gases de efecto invernadero (IGEI) igualmente ponderados, para representar la relación inversa entre PA e IGEI.

Figura 1. Diagramas de dispersión de la relación entre la intensidad de los gases de efecto invernadero (GHGI) y la productividad del agua (WP) representada en un mapa de calor que indica los valores del IIC. Fuente: Arenas-Calle et al (2019)

El IIC presenta una escala entre -1 y 1, donde los valores negativos indican una menor inteligencia climática por un alto IGEI, bajo PA o ambos. Por el contrario, los valores cercanos a 1 están asociados con una alta inteligencia climática, que puede asociarse con un bajo IGEI, un alto PA o ambos.

El IIC presentado en el artículo ofrece una contribución novedosa al creciente cuerpo de literatura sobre ASAC al proporcionar una única métrica cuantificable de inteligencia climática.

Los desarrollos futuros de este trabajo pueden centrarse en el desarrollo de métricas equivalentes para su aplicación en otros sistemas y contextos agrícolas, contribuyendo a la construcción de una base de evidencia replicable y comparable para la práctica y planificación agrícola sostenible y adaptada al clima.

Productividad del agua: comparando tecnologías

Para probar el IIC, se utilizaron datos publicados de comparaciones pareadas entre la alternancia de humectación/secado y tratamientos de inundación continua. Diversos estudios sobre las emisiones de N2O y CH4, el aporte total de agua y el rendimiento, se utilizaron para calcular el IIC.

En todos los experimentos seleccionados en este estudio, los tratamientos de alternancia de humectación/secado alcanzaron puntajes más altos que los tratamientos de inundación continua, gracias a un incremento en la productividad del agua, una reducción de las emisiones de GEI, o ambos (que lograron los puntajes IIC más altos en este estudio).

Además, el IIC permitió comparar diferentes estudios bajo una escala normalizada, lo que ayuda a dimensionar el rendimiento del tratamiento de humectación/secado entre diferentes condiciones.

Los resultados de CSI para los tratamientos de humectación/secado evidenciaron la fuerte dependencia del contexto de la inteligencia climática, que mostró ser un atributo dinámico asociado con la respuesta espacial y temporal de los cultivos a las condiciones climáticas y el manejo agrícola, y que las afirmaciones prefijadas de la inteligencia climática asociadas con una gestión / estrategia particular debe ser manejada de manera conservadora.

El contexto de inteligencia climática es un atributo dinámico como lo demuestran  de los resultados de CSI para los tratamientos de humectación/secado. Cuando se asocia con la respuesta espacial y temporal de los cultivos a las condiciones climáticas y al desarrollo agrícola, puede verse  su dinamismo.

La investigación también concluye qué las afirmaciones prefijadas de inteligencia climática asociadas con una estrategia / gestión particular deberían ser manejadas de manera conservadora.

Más información:

Laura Arenas-Calle es estudiante de Doctorado de la Universidad de Leeds con una beca de CCAFS.