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"Nuestra capacidad para alcanzar la unidad en la diversidad será la belleza y la prueba de nuestra civilización."

― Mahatma Gandhi

Con la naturaleza global del cambio climático y la seguridad alimentaria, la colaboración entre países es un elemento esencial de la solución a estos desafíos. En reconocimiento de esto, la Conferencia de Bandung de 1955 buscó reavivar la coalición y la acción combinada; fue aquí donde nació la idea de la Cooperación Sur-Sur. En 1978, la aprobación del Plan de Acción de Buenos Aires para promover y realizar la cooperación técnica entre los países en desarrollo (PABA) por 138 estados miembros de Naciones Unidas en Argentina, formalizó la idea. Directrices y recomendaciones del PABA catalizaron el establecimiento de marcos legales y mecanismos de financiación para el Sur Global, a nivel nacional, regional, interregional y mundial.

En el marco de la Cooperación Sur-Sur, países en desarrollo en el Sur Global acordaron colaborar y compartir recursos, tecnología y conocimiento, en diferentes áreas que incluyen derechos humanos, urbanización, desarrollo agrícola y cambio climático. Con la mayoría de los países de la Sur Global (países situados en Asia, África, América Latina y el Caribe) siendo los principales productores de alimentos del mundo, el desarrollo agrícola ha sido un objetivo común para ellos, y el cambio climático un desafío común.

Un objetivo común: un desafío común

Los países en desarrollo son reconocidos como puntos críticos por los riesgos climáticos y la inseguridad alimentaria que enfrentan. Se espera que los impactos anticipados del cambio climático puedan exacerbar los retos para la producción de alimentos en dichos puntos críticos. La agricultura es uno de los principales sectores afectados por el cambio climático, con una reducción prevista de los cultivos de hasta un 50% en los trópicos para la década de 2050. Irónicamente, este sector también es uno de los mayores contribuyentes al cambio climático, con una participación del 11% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI).

Este doble papel de la agricultura ofrece una oportunidad ideal para emplear iniciativas de adaptación y mitigación en el sector. Como la mayoría de los países del Sur Global están involucrados en la producción agrícola a gran escala, están más inclinados que los países desarrollados a adoptar medidas para aumentar la producción de alimentos mientras reducen las emisiones. Los esfuerzos integrados de estos países podrían ser la clave para disminuir los efectos del cambio climático y reforzar la seguridad alimentaria del mundo. En el más reciente informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, Cambio Climático y Tierras, destaca el aún no alcanzado potencial del Hemisferio Sur para adaptarse y mitigar el cambio climático, sobre todo por la implementación de prácticas agrícolas 'modernas', y adaptando los patrones de consumo de alimentos.

La Agricultura Sostenible Adaptada al Clima (ASAC) ofrece un práctico método para abordar simultáneamente los problemas de la seguridad alimentaria y las emisiones en la agricultura. Reconociendo el importante papel del Sur Global en la disminución del cambio climático, mientras que satisface la creciente demanda de alimentos, el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) ha estado trabajando en África, América Latina y Asia, junto con sus socios para promover la ASAC y ayudar a los países a gestionar los riesgos climáticos. Tecnologías innovadoras como la labranza mínima, los seguros para cosechas y Happy Seederque ofrecen una forma sostenible de reducir la huella de carbono en la agricultura, al tiempo que prepara el camino para un futuro resiliente al climaya están siendo discutidos, testeados y escalados.

Capitalizando el crecimiento

Con la creciente importancia económica y geopolítica que han adquirido muchos países en desarrollo, el Sur Global ya ha hecho importantes contribuciones al desarrollo mundial, tanto en términos de conocimiento y finanzas. La mitad del crecimiento mundial en los últimos años se atribuye a los países del Sur Global. Nuevas instituciones financieras en el Hemisferio Sur también han asumido un papel más activo en la financiación del desarrollo.

La Red de Intercambio de Conocimiento Global de la Cooperación Sur-Sur, la Alianza para la Inclusión Financiera, son un ejemplo de ello. Establecido en 2008, con cerca de 100 países en desarrollo y emergentes participando, ha surgido como un nuevo modelo de cooperación internacional en el área financiera. La Alianza facilita el diálogo al ofrecer una plataforma para el intercambio de ideas y conocimientos, así como explorar oportunidades de financiación para escalar medidas de probada eficacia para frenar el cambio climático y garantizar la seguridad alimentaria.

Más allá de esta plataforma, se necesitan esfuerzos de los países del Sur Global para implementar los puntos de acción acordados bajo BAPA. CCAFS tiene como objetivo apoyar a las instituciones clave en el Sur Global en este aspecto, no solo mediante la creación e intercambio de conocimientos, sino también mediante el desarrollo y la transferencia de tecnología, agilizando la respuesta a emergencias, la retención para implementar tecnología relevante, entre otros. CCAFS ha participado en:

Aunque los esfuerzos de CCAFS se centran más en el Sur Global, con el fin de garantizar un desarrollo inclusivo e integral, el diálogo con el Norte Global es fundamental. El apoyo financiero, técnico y de conocimiento del Norte Global puede impulsar significativamente los esfuerzos para promover la inclusión. Por lo tanto, además de facilitar la cooperación Sur-Sur, CCAFS pretende ser un catalizador para la cooperación Norte-Sur.

Más información:

Sakshi Saini es la Oficial de Comunicaciones para CCAFS Sur de Asia.