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El documento presentado por Colombia también incluye su contribución en adaptación, la cual está planteada en la implementación de diez acciones específicas; dos de estas para el sector agropecuario

El mundo asumirá en diciembre un compromiso histórico en aras de reducir efectivamente las emisiones de gases de efecto invernadero: tras la cumbre sobre el cambio climático de Lima (COP20) del año pasado, los países miembros de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) han presentado durante los últimos meses sus contribuciones nacionales previstas determinadas (INDC en inglés) con lo cual fijan sus compromisos de cuanto planean mitigar sus emisiones de aquí al año 2030.

Este compromiso es de suma importancia, y al margen de la eterna controversia sobre qué países son los mayores emisores, cada país está llamado a hacer su aporte dentro de la medida de sus posibilidades; si se mira desde una perspectiva positivista, un país que tenga compromisos ambiciosos de reducción, tendrá una mayor influencia en las negociaciones sobre el clima, además de la autoridad para exigir a sus pares de hacer lo mismo.

En este sentido, a Colombia se le ha reconocido en diferentes escenarios su compromiso con la mitigación y adaptación al cambio climático; y aunque el país contribuyó en 2010 con el 0.46% del total de emisiones globales, busca establecer compromisos nacionales ambiciosos y equitativos de cara a la COP21 y que a su vez contribuyen con el desarrollo sostenible del país. Siguiendo esa línea, en el pasado mes de septiembre Colombia hizo pública su contribución para frenar el aumento de sus Gases de Efecto Invernadero (GEI) y hacerle frente al cambio climático.

El país se comprometió a reducir 20% de su GEI al 2030 a partir de un escenario inercial (business as usual), pudiendo aumentar a 30% en caso de recibir apoyo internacional; Colombia considera que esta cifra es ambiciosa porque busca generar transformaciones en su modelo de desarrollo sin perjudicar el crecimiento económico ni desviar esfuerzos relativos frente a prioridades nacionales, tales como la superación de la pobreza o el post-conflicto.

El documento presentado por Colombia también incluye su contribución en adaptación, la cual está planteada en la implementación de diez acciones específicas, con el propósito de direccionar el desarrollo hacia una economía, sociedad y ecosistemas resilientes a los impactos del cambio climático. Dos de estas acciones específicas son para el sector agropecuario:

  • Mejorar las capacidades de diez gremios del sector agrícola como el arrocero, cafetero, ganadero, caña y maíz , para adaptarse adecuadamente al variabilidad y cambio climático. Conozca más: Listos para continuar con la apuesta hacia una agricultura adaptada al clima en Colombia
  • Quince departamentos del país participando en las Mesas Técnicas Agroclimáticas, articuladas con la Mesa Nacional, y Un millón de productores recibiendo información agroclimática para facilitar la toma de decisiones en actividades agropecuarias. CCAFS apoyó con la constitución de las cuatro primeras y está en proceso de implementarse este exitoso enfoque en más departamentos.

Pensando globalmente, actuando localmente

El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) fue la institución encargada de liderar el proceso de construcción de la INDC colombiana. Para ello, buscó a socios clave como la Universidad de los Andes, la Fundación Natura y WWF-Colombia, junto con instituciones de los sectores productivos que más aportan en las emisiones de GEI, tales como forestal, agropecuario, transporte, energía, residuos, industria  manufacturera para determinar donde estaban las mejores opciones de mitigación.

¿Cómo se distribuyen las emisiones en los diferentes sectores productivos de Colombia? Fuente: Proyecto Informe Bienal de Actualización, IDEAM 2015

El Informe Bienal de Actualización, que está siendo desarrollado  por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM), determinó que el sector de la Agricultura, Silvicultura y Otros usos de suelo (conocido en inglés como AFOLU) representan el 58% del total de emisiones del país, pero a su vez, este sector tiene grandes oportunidades de implementación de medidas que contribuyen a la reducción de emisiones e incrementar su capacidad adaptativa y mejorar la productividad.

Como expertos en el tema, el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) apoyaron en la construcción de la línea base de crecimiento de las emisiones al 2050 y escenarios de mitigación gracias a la evaluación del potencial de reducción de emisiones de medidas a implementar en el sector AFOLU, utilizando herramientas de modelación desarrolladas por ellos y que evalúan cambios de uso de suelo, modelos de cultivo y modelos de equilibrio parcial.

Desde el inicio del trabajo algo que la Universidad resaltó es la ausencia de modelos en el país para hacer estos análisis, sabíamos que CIAT había hechos análisis puntuales, y conocíamos trabajos de otras universidades; creo que la traída de estos modelos es una excelente opción para el país."

Ángela Cadena
Profesora Asociada, Universidad de los Andes

CCAFS reunió a investigadores del IFPRI y la Universidad de los Andes con instituciones del sector AFOLU en Colombia, tales como la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Corpoica), el Ministerio de Agricultura, la Unidad de Planeación Rural Agropecuaria (UPRA), Departamento Nacional de Planeación (DNP), el IDEAM, Fedegan y otros gremios del sector, entre muchos otros actores que aportaron información del país a estas herramientas de modelación, a fin de que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible probara cuáles medidas de mitigación tenían el mejor potencial de reducir emisiones.

Los ejercicios de modelación incluyen diferentes alternativas como desarrollo de proyectos silvopastoriles en ganadería y reforestación; si bien el insumo inicial del proceso de modelación se desarrolla a nivel global, el análisis de las medidas se desarrolla a una escala de municipio, por lo que era necesario incorporar información local que proporcionaron las instituciones convocadas. La participación de las instituciones del sector AFOLU fue clave en el proceso para contar con información propia del país, de las regiones y establecer un potencial de reducciones más robusto y con menos incertidumbre, para que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible fijara  la ambiciosa meta de reducción no condicionada de 20%.

Cuando estábamos construyendo la información sectorial se habían identificado muchos retos y muchos vacíos en el manejo del sector agropecuario (...) entonces solicitamos un apoyo a CCAFS para que empezáramos a hacer una modelación complementaria y que nos permitió conectarnos por primera vez con el IFPRI y con los tres modelos que ellos venían desarrollando; trajimos esos modelos al contexto colombiano para gestionar la información y que debía complementarse para poder utilizar plenamente los modelos."
José Manuel Sandoval
Coordinador Estrategia Colombiana de Desarrollo Bajo en Carbono, MADS
 

Con la información recopilada del proceso, Colombia fue el primer país de Sudamérica en presentar su INDC, y con una meta que le apuesta al desarrollo sostenible y donde tuvo en cuenta todos los sectores productivos, en especial el de agricultura, silvicultura y otros usos del suelo, como parte integral de su modelo de desarrollo. El país está listo para llegar a la cumbre sobre el cambio climático en París el próximo mes de diciembre, con la esperanza que todos los países hagan parte del compromiso de reducir efectivamente el creciente calentamiento global.

Escrito por José Luis Urrea, Oficial de comunicaciones de CCAFS América Latina, con aportes de Katherine Ovalle y José Manuel Sandoval, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible