Preservar la diversidad genética: una solución al cambio climático
Investigadores trabajan con agricultores para enfrentar el cambio climático con biodiversidad
El cambio climático está avanzando más rápido de lo esperado, y los impactos ya se están sintiendo en la agricultura. Esto significa que todas las opciones para la adaptación debe llevarse a cabo para asegurar el futuro de la seguridad alimentaria. Esto incluye la preservación de cultivos, ganadería, árboles y los organismos acuáticos, con la capacidad de soportar y mantener su productividad en un clima cambiante.
El nuevo libro de la Organización para la Agricultura y la Alimentación de las Naciones Unidas (FAO), Enfrentarse al cambio climático: el papel de los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura (en inglés), arroja un foco importante en los vínculos entre la diversidad genética y el cambio climático en la agricultura. El libro incluye una serie de estudios de casos, incluidos los preparados por investigadores del CGIAR, como un estudio sobre los recursos fitogenéticos y la seguridad alimentaria de Andy Jarvis, quien lidera la investigación en Agricultura Sostenible Adaptada al Clima para el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y la seguridad alimentaria (CCAFS).
El estudio, la conservación y utilización de los recursos genéticos se ha convertido en una estrategia clave de la FAO para hacer frente al cambio climático en la agricultura. La importancia de esta estrategia se pone de relieve en una declaración dada por la Directora General Adjunta de la FAO, Maria Helena Semedo,"En un mundo con temperaturas más elevadas y condiciones meteorológicas más variables y severas, las plantas y los animales destinados a la alimentación deberán tener la capacidad biológica para adaptarse más rápidamente que hasta ahora.
El Consorcio CGIAR comparte la esperanza de la FAO de mejorar la comprensión y conservación prácticas de diversidad genética mediante el aumento en el lugar (in situ) los bancos de genes en los campos agrícolas. Esto no sólo ayuda en la preservación de las especies silvestres y su capacidad de evolucionar, pero también ayuda en la protección de los organismos que sólo se puede mantener con la intervención humana, como los plátanos. Además, la FAO se esfuerza por identificar rasgos adaptativos genéticos dentro de los centros existentes de conservación (ex situ).
Los investigadores de CCAFS se dedican actualmente a una serie de proyectos que buscan estudiar y proteger la diversidad genética como medida de adaptación al cambio climático. Uno de estos proyectos, dirigido por el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), tiene como objetivo fortalecer la conservación y utilización de los recursos fitogenéticos, en México y Centroamérica. Otro proyecto, liderado por Bioversity International, trabaja con los agricultores etíopes para desarrollar la conservación in situ para la adaptación al cambio climático. A nivel nacional vemos esfuerzos dirigidos a la integración de la diversidad genética en la agricultura a través de los Planes Nacionales de Adaptación. Estas son sólo algunas de las muchas iniciativas que trabajan desde el nivel de finca hasta al mundo de la política.
A través de los esfuerzos conjuntos de la FAO, el CGIAR y sus socios, avanzamos un paso más hacia un conjunto de soluciones sostenibles ante la amenaza del rápido avance del cambio climático.
Melanie Mason es asistente de investigación de la Unidad de Coordinación de CCAFS, actualmente cursando una Maestría en Desarrollo Agrícola en la Universidad de Copenhague.
Traducido al español por José Luis Urrea, Oficial de Comunicaciones de CCAFS América Latina. Síganos en Twitter: @CGIARClimate_LA
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