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¿El maíz está perdiendo la carrera contra el cambio climático?

Cultivos de maíz afectados por la sequía en Ghana. Los investigadores están buscando la manera de adaptar los cultivos a resistir los efectos del cambio climático, pero la adopción de nuevas variedades puede tomar hasta 30 años. Foto: N. Palmer (CIAT)

A menos que se aceleren los procesos de mejoramiento, liberación y adopción de nuevas variedades, el cultivo de maíz podrá tener reducciones drásticas en sus rendimientos

Saber cuándo y cómo el cambio climático tendrá un impacto en la producción de cultivos es esencial para la elaboración de soluciones de adaptación. Los recientes avances en los métodos para medir la respuesta potencial de los cultivos a los diversos efectos del tiempo o el clima, junto con el modelado de rendimiento de los cultivos, ha abierto la puerta a evaluaciones precisas de lo que podría suceder - y lo que tenemos que hacer.

En África por ejemplo, se prevé que el maíz va a experimentar estrés por calor, sequía y una duración más corta de cultivos (el período entre siembra y cosecha). En la granja, la duración de la cosecha reducida significa que los periodos de cultivo pueden no ser lo suficientemente largos para permitir que los maizales maduren completamente, con resultados potencialmente catastróficos para los agricultores y las millones de personas que consumen regularmente este alimento.

Una forma de evitar esto sería desarrollar variedades de maíz con duraciones más cortas de los cultivos pero ya nos estamos quedando atrás, según un nuevo estudio publicado en Nature Climate Change. Los investigadores se preguntaron si la mejora de cultivos (solo una de las muchas maneras de abordar los impactos del clima en la agricultura) está al día con los efectos previstos en el maíz de África; la respuesta es un rotundo "No", a menos que se comienzan a adaptar ya los cultivos para resistir estos cambios, e inmediatamente ponerlo a disposición de los agricultores.

El proceso de desarrollar nuevas variedades, difundirlas y que sean adoptadas por los agricultores puede ser hasta de 30 años.

El estudio, dirigido por Andy Challinor del Centro Internacional de Priestley para el Clima de la Universidad de Leeds - Inglaterra, junto con un equipo de investigadores de Leeds, el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y el Centro Internacional de Mejoramiento del Maíz y el Trigo (CIMMYT), señala que el cronograma actual para la obtención de variedades de maíz adaptadas al clima no sigue el ritmo del cambio climático. El acortamiento de los periodos de cultivos se proyecta a ser una realidad en menos de quince años en muchos lugares, causando una posible reducción en los rendimientos de la mayor parte de África, mientras que el proceso de desarrollar nuevas variedades, difundirlas y que sean adoptadas por los agricultores puede ser hasta de 30 años.

Una mejor forma para adaptar las variedades de maíz al calentamiento del clima, es acelerar la adopción de las variedades por parte de los agricultores, un proceso conocido como mejoramiento, liberación y adopción (BDA en inglés), que requiere una planificación elaborada y coordinación que implica a numerosos actores y grupos de interés. Los autores sugieren que el proceso podría ser acelerado en todas las etapas usando una variedad de técnicas: El libre intercambio internacional de información y muestras de maíz / germoplasma podría acelerar la selección de las características adecuadas para mejorar; trabajar con los agricultores para asegurar que las nuevas variedades se adaptan a sus necesidades, y buscar nuevas formas de ayudarles a obtener nuevas semillas también podría ayudar a acelerar las cosas. Las oportunidades específicas para acelerar las cosas en un lugar en concreto son inciertas y muy variables: el proceso está influenciado por regulaciones locales, mercados y preferencias de los agricultores, así como la capacidad (y voluntad) de los diferentes actores para hacer las mejoras necesarias.

"La inversión en la investigación agrícola para el desarrollo y la difusión de nuevas tecnologías de semillas es una de las mejores inversiones que podemos hacer para la adaptación al clima", dice Andy Jarvis, científico del CIAT que dirige la investigación sobre las prácticas de agricultura sostenible adaptada al clima (ASAC) para el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático , Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS), que financió el estudio. "Los fondos de cambio climático podrían ser utilizados para ayudar a que los agricultores del mundo estén varios pasos por delante del cambio climático, con importantes beneficios para la seguridad alimentaria mundial", dijo.

Otro enfoque para acortar el ciclo global, independiente del tiempo de BDA, sería para obtener nuevas variedades bajo temperaturas elevadas. El reto está en la identificación de sitios adecuados que presenten condiciones de estrés por calor en los que podrían emprenderse ensayos, aunque también pueden llevarse a cabo en invernaderos. Los datos de estos ensayos ya está siendo utilizados para identificar líneas de donantes para el estrés por calor.

Una táctica final para reducir los posibles impactos climáticos es cumplor con los objetivos del calentamiento global, a saber, el objetivo de 'calentamiento seguro' de 1,5 grados establecido por el Acuerdo de París en 2015. En el documento se destaca que con el mejor de los casos (es decir, más rápido) los tiempos para BDA, más la reducción de las emisiones desde nuestra trayectoria actual, limitaría el calentamiento global para el año 2050, permitiendo que los periodos de cultivo permanezcan dentro de un rango seguro de variabilidad. Sin embargo, "los tiempos de BDA más largos son para duraciones de los cultivos proyectadas más allá de la variabilidad actual", afirman los autores, independientemente de la vía de la reducción de las emisiones que tomemos.

Más allá del mejoramiento

Acelerar el desarrollo y la adopción de variedades mejoradas de maíz puede ayudar a los agricultores africanos a tolerar los periodos de cultivo más cortos, pero también será necesaria transformaciones más radicales. Anteriormente, los científicos de CCAFS descubrieron que nueve áreas de cultivo que componen el 50% de la producción de alimentos en el África subsahariana necesitarán transformarse rápidamente con el fin de ajustarse al ritmo del cambio climático. Estas transformaciones pueden implicar el uso de una variedad mejorada, pero también pueden traducirse en cambios en el tipo de cultivo producido en una zona, utilizando métodos mejorados de cultivo, o en circunstancias extremas, alejándose de la agricultura por completo.

Incluso las variedad de cultivos mejoradas serían insuficientes si las precipitaciones son demasiado bajas, o si son afectadas por plagas y enfermedades. Muchos países ya están invirtiendo en mejores esquemas de seguros para los agricultores e información sobre el clima más útil y accesible directamente a los agricultores, fortalecer las capacidades de los agricultores para prosperar en tiempos de crisis, y realizar inversiones importantes para ser más resilientes.

Descargue el estudio

Current warming will reduce yields unless maize breeding and seed systems adapt immediately. A.J. Challinor, A.-K Koehler, J. Ramirez-Villegas, S. Whitfield and B. Das. Nature Climate Change [Requiere suscripción]

Reconocimientos:

Esta investigación se llevó a cabo en colaboración con el Programa de Investigación de CGIAR en Maíz (MAIZE).

CCAFS lleva a cabo su investigación cabo con el apoyo de los Donantes del Fondo CGIAR y por medio de acuerdos bilaterales de financiación. Los autores agradecen la financiación de: Australia (ACIAR); Irlanda (Irish Aid); Países Bajos (Ministerio de Asuntos Exteriores); Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio de Nueva Zelanda; Suiza (SDC); Tailandia; El Gobierno del Reino Unido (UK Aid); Los Estados Unidos (USAID) y la Unión Europea (UE). El programa se lleva a cabo con el apoyo técnico del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA).