Resultados

Resumen

La investigación se llevó a cabo en colaboración con el Centro Internacional de la Papa (CIP).

Aunque los altos Andes son el lugar de origen de la papa, las condiciones de crecimiento son duras y propensas a heladas, sequías y granizadas. Esto, unido a una falta general de apoyo a las comunidades remotas, ha resultado en altos niveles de desnutrición y mortalidad infantil entre los habitantes de la zona. En respuesta a esto, el Centro Internacional de la Papa (CIP) lanzó un estudio que buscaba mejorar la resiliencia y el conocimiento de los estudiantes y las agricultoras locales. El proyecto se centró en el diseño de invernaderos de bajo costo construidos a partir de materiales locales y optimizando el uso del espacio y el tiempo en el cultivo. Una selección de cultivos hortícolas adecuados a las condiciones ambientales locales y los gustos culinarios también se eligieron para cultivar.

En colaboración con ONG locales y agencias gubernamentales, se utilizaron 16 escuelas rurales para difundir la tecnología a 1200 estudiantes. 150 de ellos, entre hombres y mujeres junto con 185 mujeres, construyeron sus propios invernaderos. Los participantes del estudio también fueron capacitados para preparar y consumir productos hortícolas, que no formaban parte de la dieta andina tradicional. Los estudiantes también fueron capacitados para hacer frente a los impactos negativos del cambio climático, incluyendo las prácticas de generación de semillas y la producción de fertilizantes orgánicos.

Como resultado de la investigación, los rendimientos medios de 18 cultivos fueron de aproximadamente 8 kg m2 por temporada, con 2-4 temporadas de rendimiento en áreas donde normalmente sólo una temporada proporciona una cosecha por año, debido a las duras condiciones climáticas. En general, el 85% de la producción se utilizó para mejorar la nutrición de los hogares, y el 15% restante se vendió entre 180 y 360 dólares por año, aproximadamente el 25% del ingreso anual de los hogares.

Datos clave

  • CIP trabajó con escuelas rurales para construir invernaderos y cultivar productos hortícolas para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional.
  • La tecnología de invernadero puede proporcionar productos durante todo el año en climas duros que normalmente sólo tienen una temporada de crecimiento.
  • Los productos hortícolas proporcionan mejoras nutricionales e ingresos adicionales para los agricultores.

Lecciones: elementos clave del éxito

  • A través de la colaboración con las escuelas rurales, los maestros asumieron el papel de agentes de extensión y promovieron prácticas nutricionales y hortícolas mejoradas tanto para los estudiantes como para los padres.
  • La selección participativa de los cultivos hortícolas y la capacitación en la cocción de nuevos cultivos fueron cruciales para influir en los cambios en la dieta.

Lectura adicional

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