Experiencias y conocimientos ancestrales enriquecen los pronósticos agroclimáticos
Cada región agrícola de las Mesas Técnicas Agroclimáticas tiene sus particularidades que son tenidas en cuenta a la hora de formular las recomendaciones, a fin de que estas tengan mayor sentido para los productores.
En un blog anterior se expusieron los antecedentes, bases y alcances de los trabajos que se realizan en las Mesas Técnicas Agroclimáticas (MTA) establecidas por el Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) en áreas agrícolas de los departamentos colombianos de Córdoba, Sucre y Cauca. En esta segunda entrega, se expondrán resultados exitosos de tales trabajos.
Cada mesa tiene sus particularidades: por ejemplo, la MTA de Córdoba involucra en su mayoría a medianos y grandes productores tecnificados de cultivos como maíz, algodón y arroz, así como de ganadería. La MTA de Sucre está conformada principalmente por productores medianos y pequeños, con diversos niveles de tecnificación, de cultivos como arroz secano, maíz e igualmente dedicados a la ganadería.
Por otra parte, en la MTA del Cauca están representados principalmente pequeños productores con niveles medianos o primarios de tecnificación, de comunidades campesinas e indígenas cuya producción es para autoconsumo o para intercambio o comercialización local en escala moderada. Lo anterior significa que las metodologías de análisis climáticos y agroclimáticos que se utilizan en las MTA se han adaptado a los tipos de sistemas productivos y a las condiciones culturales predominantes en cada región involucrada.
En las MTA de Córdoba y Sucre se utilizan modelos de simulación agrícola como FAO AQUACROP y FAO CROPWAT, así como técnicas de simulación de tiempo térmico o “grados día acumulados”, alimentados con las predicciones de precipitación y temperatura para los siguientes meses y con información local de suelos y cultivos, aportados por estudios y/o experiencias disponibles.
En la MTA del Cauca se utilizan modelaciones agrícolas simplificadas realizadas con el modelo FAO CROPWAT, con datos de suelos y cultivos locales acopiados en trabajos previos realizados por la Fundación Pro Cuenca Río Piedras entre las comunidades involucradas. Asimismo, en este caso se vienen desarrollando trabajos participativos con comunidades locales para recolectar información sobre indicadores del clima (biológicos y/o físicos) que poseen las comunidades y que permitan mejorar las predicciones y los análisis agroclimáticos que se realizan.
De igual manera en las zonas involucradas en la MTA del Cauca, la Fundación Río Piedras, ha establecido una red local de 30 estaciones meteorológicas, con instrumentos de bajo costo para medición de lluvia y temperatura en fincas o predios de pequeños productores participantes en el programa, con registros que son tomados directamente por los productores y luego recogidos y sistematizados por técnicos de la Fundación. Estos registros son analizados mensualmente y han permitido un conocimiento más detallado de las condiciones meteorológicas locales y han ayudado a mejorar las predicciones y evaluaciones climáticas.
La importancia del conocimiento ancestral
Entre los casos exitosos resultantes de los trabajos de la MTA del Cauca, se pueden citar las medidas adaptativas identificadas de modo participativo entre técnicos, y representantes de comunidades campesinas e indígenas como en la octava Mesa, realizada en julio de 2015, donde las predicciones climáticas de precipitaciones señalaban que estas serían inferiores a lo normal en meses de septiembre y octubre 2015, en los cuales tales comunidades realizan tradicionalmente sus siembras principales del año.
Recomendaciones de la VIII MTA Cauca (ver boletín)
Se identificaron tipos de semillas locales y densidades de siembra que según los conocimientos locales, tendrían mejores respuestas ante las condiciones más secas que lo normal que se esperaban:
Para el cultivo de papa se indicó que las variedades nativas 'yema de huevo' y 'colorada', sembrados a distancias de 40 cm entre plantas y 1 m entre surcos, en sitios con elevaciones entre 2000 y 28000 msnm, darían mayores posibilidades de éxito a los productores.
Igualmente se recomendó la siembra de maíz amarillo de año y de 8 meses, 3 semillas por sitios, a distancias de 1x1 m entre plantas y entre surcos, en elevaciones entre 1800 y 2500 msnm.
De igual manera se recomendó la siembra de fríjol uva, arveja piquinegra, olluco y arracacha blanca y morada con poblaciones y en sectores debidamente establecidos.
Los representantes de los pequeños productores señalaron entonces la importancia de tener en cuenta las fases lunares. Por ejemplo, mencionaron que la fecha de siembra para ellos era el “quinto de luna negra”; es decir, el quinto día luego de la fase de luna nueva.
Reconociendo la importancia de este conocimiento ancestral, se acordó cómo integrar las predicciones climáticas de la Mesa con este bioindicador: La recomendación técnica ofrecía una ventana temporal de “entre mediados de octubre e inicio de noviembre” como fecha óptima para sembrar; lo que se hizo entonces fue en ese espacio de tiempo, localizar el “quinto de luna negra”. De esta manera los participantes de la mesa consideraron que existirían las mejores condiciones para sus siembras.
La Fundación Río Piedras, a través de productores y técnicos locales con buena experiencia de trabajos exitosos con las comunidades locales, se encargó de socializar tales resultados entre los pequeños productores de diversas subcuencas próximas a los municipios de Popayán, Puracé y Totoró en el departamento del Cauca, área de influencia de la Mesa. La respuesta de los productores locales fue muy positiva, en gran medida por la credibilidad existente tanto hacia los trabajos de esta Fundación como ante los trabajos de la MTA y se esperaba que un porcentaje importante de ellos siguiera las recomendaciones formuladas por sus representantes delegados en la Mesa.
Nuevas herramientas para mejores resultados
Durante la reunión de la MTA de Córdoba realizada en marzo de 2015, se recomendaron las fechas de siembra más favorables para el cultivo de maíz en la región, integrando las predicciones y las experiencias de la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce) en este departamento.
Recomendaciones de la V MTA Córdoba (ver boletín)
Para sectores como Cereté y Montería según las predicciones presentadas en la Mesa, se recomendó la siembra entre los últimos diez días de abril y los primeros diez días de mayo.
Para el sector de Ciénaga de Oro se recomendaron las siembras entre mediados de abril y mediados de mayo.
A partir de estos planteamientos y de sus experiencias, Fenalce recomendó que para otros sectores como el Alto Sinú las siembras se realizaran a partir del 25 de abril, en el Medio Sinú a partir del 2 de mayo y para el Bajo Sinú a partir del 10 de mayo.
Las medidas fueron socializadas de modo amplio en medios de difusión como el periódico El Meridiano de Córdoba, emisoras de radio y canales regionales de televisión, así como por los medios de Fenalce en la región, a través de reuniones, días de campo y talleres con grupos de productores; igualmente estas medidas adaptativas fueron acogidas por la regional del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), que indicó la necesidad de llevar este tipo de recomendaciones a nivel de resoluciones que se establecerán en el futuro cercano.
A su vez, Fenalce y Corpoica establecieron parcelas de campo para analizar las respuestas productivas del cultivo ante las siembras en diversas fechas según las recomendaciones de la MTA. En jornadas de campo realizadas en los meses siguientes, se observó que las plantas sembradas en las fechas recomendadas en la Mesa mostraban mejor desarrollo que aquellas sembradas en otras fechas.
Casos como estos ratifican lo comentado por Édison Salgado, asistente técnico del servicio de extensión agropecuaria (conocido como UMATA) del municipio cordobés de Chimá, quien comentó respecto a la Mesa:
Con la implementación y utilización de estas nuevas herramientas que para algunos sectores aún son desconocidas, se podría efectuar un cambio drástico en la agricultura regional, debido a que se utilizarían parámetros muy cercanos a la realidad, para poder tomar las decisiones correctas en el momento adecuado y así poder evitar a los productores pérdidas futuras, pudiéndoles brindar alternativas dependiendo de la situación que se prevea presentar”.
Édison ha asistido desde las primeras reuniones de la MTA de Córdoba y participa con frecuencia, para luego socializar en su municipio las recomendaciones que provienen de la Mesa, las cuales también han producido buenos resultados, evitándoles pérdidas y ofreciéndoles alternativas que antes no tenían.
Francisco Boshell es Consultor de CCAFS.
Blog editado por José Luis Urrea, Oficial de comunicaciones de CCAFS América Latina.