Big Facts: Seguridad alimentaria
Es evidente que la tarea de lograr la seguridad alimentaria mundial se enfrenta a varios desafíos desde múltiples frentes: el crecimiento de la población, cambios en la dieta, y la necesidad de que el sistema alimentario sea más eficiente, especialmente en términos de distribución y desperdicio. Además de la demanda de alimentos, hay otras demandas no alimentarias que compiten por productos agrícolas, incluidos los biocombustibles, fibra, usos industriales, cosméticos y artículos de consumo de lujo como las bebidas alcohólicas, el café, las drogas recreativas, y flores cortadas. De éstos, los biocombustibles son cada vez más importantes. En resumen, el mundo esta incrementando cada vez más la demanda de alimentos y productos alimenticios en las próximas décadas.
Una población en crecimiento - otras dos mil millones de personas en el mundo
El crecimiento demográfico se ha estancado en muchos países de altos ingresos e incluso está disminuyendo en algunas partes de Europa. Pero la mayor parte de los países de ingresos medios y bajos, particularmente en África, están creciendo rápidamente. La población mundial actual es de 7.200 millones, de los cuales cerca de 1.300 millones viven en regiones de altos ingresos. Se espera que la población mundial en el año 2050 sea alrededor de 9.600 millones, y de 10.900 millones en el año 2100, según la variante media de proyección de las Naciones Unidas.
La población total de los países de bajos y medios ingresos de hoy se prevé que aumente de 5.900 millones en 2013 a 8.200 millones en 2050 y 9.600 millones en 2100. Se proyecta que el crecimiento sea particularmente dramático en los países menos desarrollados - países que ya enfrentan las amenazas a la seguridad alimentaria. La población de estos países se duplicará en tamaño de 900 millones en 2013 a 1.800 millones en 2050 y 2.900 millones en 2100 (UN-DESA, 2013).
Obeso o hambriento: una distribución desigual de los alimentos a nivel mundial
La actual distribución de alimentos entre las poblaciones es muy desigual. El resultado es que 842 millones de personas están desnutridas y casi dos mil millones sufren carencias de micronutrientes (FAO, 2013). Al mismo tiempo, más de 1.400 millones de personas tienen sobrepeso. En el año 2008, el 35% de los adultos de más de 20 años tenían sobrepeso, y el 11% eran obesos (OMS, 2012). Y en aquellas naciones que experimentan una creciente clase media, no es raro ver a un alto porcentaje tanto de personas obesas como desnutridas dentro del mismo país o región.
Grasas y alimentos procesados: Preferencias alimenticias cambiantes
El consumo mundial de alimentos promedio está aumentando a escala mundial (aunque distribuido de forma muy desigual). De 2.250 calorías por persona al día en el año 1961, a 2.750 calorías en el año 2007 con una proyección de 3.070 calorías en el año 2050.
Se supone que para el año 2030, sólo el África subsahariana y el Asia meridional tendrán una ingesta promedio diaria de calorías per cápita de menos de 3.000 calorías (Kastner et al 2012; Alexandratos y Bruinsma, 2012: 50).
A nivel mundial, los hábitos de consumo están cambiando hacia las dietas que contienen más productos animales y azúcar. La demanda es más alta en los países de altos ingresos, donde cerca de un tercio de la dieta se compone de productos de origen animal, y lo seguirá siendo en el futuro inmediato.
A medida que aumenta el consumo de carne per cápita, el consumo mundial de proteínas animales se ha duplicado desde 1970, y se prevé que aumente otro 60% en el año 2030.
Sin embargo, esto sigue siendo un aumento modesto en comparación con lo que sucedería si la población mundial proyectada de 9.600 millones de personas en 2050 fuera a consumir carne y productos lácteos como los niveles norteamericanos y europeos actuales: ¡la producción de proteína animal tendría que triplicarse! (PBL, 2009)
Acabar con el desperdicio
La parte más vergonzosa de nuestra situación de seguridad alimentaria actual es la cantidad de comida que se desperdicia. Los desperdicios evitables de comida (es decir, excluyendo las partes no comestibles tales como pieles y cáscaras) asciende a alrededor de un tercio de todos los alimentos producidos, alrededor de 1,3 millones de toneladas métricas por año. En los países de ingresos altos, la mayor parte de residuos de alimentos son los residuos post-consumo, mientras que en los países de bajos ingresos, la mayoría de los alimentos se desperdicia en la granja, en el almacenamiento y el transporte posterior a la cosecha.
Los gases de efecto invernadero (GEI) generados en la producción y el desperdicio de esta comida, aporta aproximadamente entre el 6 y 10% de las emisiones de GEI producidos por los humanos (Gustavsson et al, 2011;.. Vermeulen et al, 2012) lo que además se traduce en una pérdida de alrededor de 250 km3 de agua, lo que equivale a la descarga anual de agua al océano del río Volga, o tres veces el volumen del Lago de Ginebra. Alrededor de 1.400 millones de hectáreas de tierra (el 28% de la superficie agrícola del mundo) se utiliza cada año para producir los alimentos que se pierden o se desperdician, esto es equivalente al tamaño de Canadá y la India juntos, y solo superado por el tamaño de Rusia (1.700 millones de hectáreas). La pérdida de todos estos alimentos cuesta unos US $ 750 mil millones anuales a los productores de alimentos.
Hay numerosas opciones para reducir este desperdicio, desde políticas sobre incentivos económicos y campañas de sensibilización del público, a la mejora de la infraestructura para el transporte de alimentos, procesamiento y almacenamiento. La efectividad de las distintas opciones dependerá en gran medida del contexto (las políticas que funcionan bien en algunos países o regiones no serán necesariamente eficaces en otros). En algunos países de altos ingresos, recortar el desperdicio de alimentos al por menor, quizás a través de campañas de información o incentivos económicos, es importante, mientras que en los países de bajos ingresos, las políticas de apoyo al desarrollo de infraestructura podrían ayudar a reducir el desperdicio de alimentos (FAO, 2013b).
Se necesita más comida, ¿pero cuánta?
Si no hay cambios en el nivel de comida desperdiciada y la distribución de alimentos entre los consumidores, la producción agrícola mundial debe aumentar entre un 60 a 100% entre 2005/07 y 2050 en función de las proyecciones estimadas. Este número por supuesto podría ser menor si se reduce el desperdicio de alimentos, pero tendría que ser aumentada si otras demandas, como los biocombustibles o la producción de carne aumentan, ya que los biocombustibles pueden acaparar los granos y dejarlos por fuera de la producción para alimento.
En la actualidad, los cultivos de maíz, arroz, trigo y soya muestran un incremento en los rendimientos de 1,6%, 1,0%, 0,9% y 1,3% por año, respectivamente. A estas tasas, la producción mundial de estos cultivos se incrementaría en ~ 67%, ~ 42%, ~ 38% y ~ 55% para el año 2050, respectivamente (Ray et al., 2013), que está cerca del 60% en algunos casos, pero muy por debajo del doble (100% de aumento) previsto por algunos. Un cálculo simple como este demuestra que los aumentos de rendimiento en los cultivos por sí solos no conducirán a la seguridad alimentaria en 2050, sino que debe ir acompañada de otras medidas, como una mayor eficiencia en las cadenas de suministro, menor consumo de carne y productos lácteos en algunas regiones, y la reducción del desperdicio de alimentos, sobre todo por los consumidores en los países de altos ingresos.
Además, estas cifras se basan en las tasas de crecimiento actuales y no toman en cuenta los impactos negativos del cambio climático en estos cultivos. Rosenzweig et al (2013) evaluaron el impacto sobre el cambio climático en la agricultura usando cinco diferentes modelos de circulación global para predecir futuros impactos climáticos. Los hallazgos indican fuertes efectos negativos del cambio climático en la producción agrícola, sobre todo en los niveles más altos de calentamiento y en las latitudes bajas. Las tasas del incremento de rendimientos actuales son, por tanto, insuficientes; por ello la adaptación, otro de los temas de 'Big Facts', será importante para mantener los aumentos de rendimiento.
Esto es sólo una muestra de algunos de los principales 'Big Facts' relacionados con la seguridad alimentaria, y de ninguna manera es una lista exhaustiva de temas. Siéntase en libertad de explorar los otros hallazgos en la infografía de la seguridad alimentaria, así como en los documentos de soporte relacionados. Si necesita más información que la que se puede encontrar en el gráfico o los hechos, una lista de referencias y sugerencias para lecturas adicionales se proporciona en la parte inferior de cada página de fondo (Tip: haga clic en "Explore food security" para acceder a las páginas). Esta lista satisfacerá a la mayoría de los visitantes ávidos de conocimiento.
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