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Hablando globalmente, actuando localmente

La gente está mucho más presta a cooperar cuando el recurso común es valorado individual y colectivamente, no solo por sus ventajas para el bien público global, señala Elinor Ostrom.
¿Cómo solucionar el problema del clima, que es demasiado grande para que un solo país pueda resolverlo? Elinor Ostrom argumenta que debemos construir políticas en lo que realmente motiva la gente a actuar: beneficios tangibles para los individuos y las comunidades.

El optimismo parece difícil de alcanzar después de las recientes negociaciones sobre el cambio climático en Varsovia: Japón anunció su retirada del Protocolo de Kyoto, siendo otra nación de altos ingresos más que se retira, y el segundo período de compromiso de este Protocolo ahora cubre menos del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. El Fondo Verde para el Clima, destinado a canalizar unos 100 mil millones de dólares al año en 2020, sólo se ha capitalizado con siete millones y medio. Para completar, la agricultura sigue siendo marginada de las negociaciones.

Es imprescindible seguir luchando por un gran acuerdo mundial post-Kyoto, pero el panorama es poco prometedor. Vivimos en un mundo extremadamente desigual, en el que el 25% de la gente más adinerada utiliza el 90% de la energía del mundo. Cuando tanto los recursos como riesgos son muy sesgados, como es el caso de los países negociadores sobre el cambio climático, los experimentos sugieren que la probabilidad de llegar a un consenso es muy pequeña. Pero sin un acuerdo global, ¿qué podemos hacer para resolver un problema del clima, que es demasiado grande para que un solo país pueda resolverlo? La Premio Nobel de Economía Elinor Ostrom hizo esta pregunta que se avecina en su escrito Un enfoque policéntrico para hacer frente al cambio climático, uniendo la teoría y la experiencia práctica para señalar el camino a seguir.

Las teorías convencionales de acción colectiva, como el dilema del prisionero, argumenta que los individuos, empresas o países actuarán de acuerdo a su propio interés inmediato a expensas de los beneficios a largo plazo para ellos y la sociedad en general. Ostrom señala que hay poco apoyo empírico a estas teorías. En la vida real, no tomamos decisiones perfectamente aisladas – nos comunicamos, compartimos información y normas, y respondemos a las recompensas y sanciones sociales.

La conclusion de Ostrom es que si “las emisiones de gases de efecto invernadero son el resultado de un extraordinariamente largo número de acciones tomadas a múltiples escalas” entonces la mitigación y la adaptación también debe ocurrir a múltiples niveles – un enfoque policéntrico. Tras décadas de investigación científica, Ostrom resalta un hallazgo clave: la importancia de la “micro-situación inmediata” en la determinación de nuestro deseo de ser seres sociales en lugar de individuos apartados. Por ejemplo, la gente está mucho más presta a cooperar cuando el recurso común es valorado individual y colectivamente, no solo por sus ventajas para el bien público global. La selección de Ostrom de ejemplos prácticos muestra cómo las personas están motivadas a actuar sobre el cambio climático por los beneficios tangibles que alcancen. Estos son también co-beneficios, como un aire limpio o menores gastos en combustible.

La agricultura ya está liderando un enfoque policéntrico al cambio climático. La Tercera Conferencia Global sobre Agricultura, Seguridad Alimentaria y Nutricional y Cambio Climático en Johannesburgo de esta semana iniciará con una alianza en Agricultura Climáticamente inteligente, que se espera sea policéntrica tanto en objetivos como formato. La agricultura climáticamente inteligente es por diseño holística y multinivel, integrando seguridad alimentaria, objetivos de adaptación y mitigación, y haciéndolo al nivel de todos los paisajes y todos los sistemas alimentarios, no solo granjas y campos. Un enfoque policéntrico puede no poseer la justicia universal y elegancia de un acuerdo global; pero, como puntualizó Ostrom, no podemos darnos el lujo de esperar. Debemos hacer todo lo que podamos ahora, en todos los niveles.

Enlaces

Este blog es parte de la serie AgClim Letters, un boletín escrito por Sonja Vermeulen la Directora de Investigaciónes del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS).  Regístrese para recibir como un boletín electrónico.