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Cambiar las percepciones y los mecanismos de respuesta oportuna a la sequía son cruciales para garantizar que los países tomen las medidas adecuadas e inmediatas cuando son golpeados por fenómenos climáticos.

Este artículo fue originalmente publicado en inglés en Thomson Reuters AlertNet blog.

Más de dos millones de personas en América Central no saben cuándo será su próxima comida; sus granjas están secas y el nivel de las aguas subterráneas es muy bajo: La región se enfrenta en silencio una creciente crisis humanitaria.

Para hacer frente a estos desafíos, un extenso proyecto de investigación está desarrollando un nuevo sistema de gestión de información para Guatemala que cambiará la forma en que el gobierno maneja la sequía y otros fenómenos climáticos.

El proyecto busca incorporar y adaptar respuestas de emergencia validadas, usualmente reservadas para desastres naturales más inmediatos, que a los retos específicos presentados por la sequía. Esto implica la ejecución de innovadores simulacros de emergencia, donde la sequía se trata con la misma urgencia que una tormenta tropical o inundación repentina.

"Debido a que la sequía es un desastre de lenta evolución, por lo general no se trata como un evento de emergencia", dice el investigador Jacob van Etten de Bioversity International, que dirige las actividades de investigación en Guatemala. "Sin embargo, la acción temprana frente a la sequía a través de respuestas contundentes podría ayudar a proteger a millones de medios de subsistencia, y la seguridad alimentaria regional."

Este proyecto a cuatro años es parte de las actividades del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS). El equipo trabaja directamente con las organizaciones locales de desarrollo y respuesta a emergencias como Acción Contra el Hambre (ACF), que cuenta con un sistema probado y eficaz para la ejecución de respuestas de emergencia. El grupo también está colaborando con el gobierno de Guatemala, un factor clave en el proceso:

"Gracias a la participación del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) desde el inicio de actividades, supimos que querían encontrar mejores maneras de manejar los eventos relacionados con la sequía," añade Jacob van Etten. "Esto realmente ayudó a guiar nuestras actividades cuando empezamos el año pasado, y creo que va a garantizar que se implemente el marco general una vez finalizado, ya que el ministerio ha sido parte del proceso de desarrollo."

Simulacros a la práctica

Los simulacros y ejercicios de simulación son herramientas útiles para evaluar y probar los planes de emergencia, ya utilizados sistemáticamente por las organizaciones implicadas en la preparación y respuesta ante desastres. Hasta ahora, sin embargo, los simulacros de emergencia no se han diseñado para gestionar las sequías o períodos secos, haciendo de este un proyecto pionero.

Hasta el momento, tres grupos de técnicos del gobierno y de agencias de desarrollo han realizado los ejercicios de simulacros. "Le dijimos a los grupos que imaginaran un porcentaje específico de plantas que presenten algunos síntomas relacionados con la sequía, ya que estaban visitando fincas distantes", dice Jacob.

"Como parte del ejercicio, se les pidió que informaran sobre las pérdidas en cultivos y otros activos agrícolas, así como evaluaran las reservas de alimentos de las familias y las comunidades. Los equipos también observaron los medios de información de los agricultores para actualizaciones meteorológicas y climáticas, los mecanismos de respuesta disponibles y otras necesidades urgentes de las comunidades".

La simulación de la sequía se llevó a cabo en un momento crítico el año pasado, cuando las predicciones estacionales indicaban alta probabilidad de sequía, pero antes de que una alerta oficial fuera comunicada a nivel nacional. Edwin Rojas, Director de la Unidad de Cambio Climático del MAGA comentó:

"[La simulación] fue apropiada en ese momento. Se dejó en claro hasta qué punto estábamos preparados".

La simulación de prueba también ha ayudado a mejorar las capacidades y rezagos de respuesta del personal, evitando el "ensayo y error" cuando son llevadas a cabo.

"Durante los ejercicios de simulación, encontramos varias cuestiones que deben abordarse. Por ejemplo, la cobertura telefónica de los agricultores y funcionarios para compartir actualizaciones y solicitar ayuda, fue baja", dice Jacob van Etten.

"También hay que destacar que la capacidad de los diferentes equipos y los métodos precisos que utilizaron en el campo para estimar las pérdidas de cultivos no era igual, lo que afecta la calidad de la información recopilada," continúa.

El sistema de respuesta, que se finalizará y pondrá en funcionamiento en los próximos dos años, incorpora y hace un mejor uso de los escenarios y modelos climáticos para predecir los períodos de sequía y reducción de precipitaciones para la acción oportuna. El proyecto se realiza directamente con el Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad (IRI), que ofrece herramientas de información del clima, datos y pronósticos.

Institucionalizando la sequía

Otra parte importante de la participación ha sido la de romper el llamado ciclo 'Hidro-ilógico':

"El ciclo hidro-ilógico parece igual en todas partes. Cuando bajan los niveles de lluvia y el periodo seco se extiende, los gobiernos suelen iniciar una serie de actividades que no están muy bien pensadas. Entonces, justo antes de que se promulgue una respuesta contundente, la lluvia reaparece y todo el mundo vuelve a la normalidad, olvidando todo acerca de la sequía", explica Jacob van Etten. "Esto sucede porque no existen mecanismos institucionalizados de respuesta en el lugar, ya que la sequía no está clasificada como un evento de emergencia en muchos países".

Un gran avance en el trabajo ha sido que la sequía fue clasificada recientemente como un nuevo tipo de emergencia en Guatemala. Para el equipo, esto ha significado que otros ministerios e instituciones hayan comenzado a respaldar el proyecto y ahora estén abiertos a colaborar en el sistema de gestión de la sequía.

Cambiar las percepciones y los mecanismos de respuesta oportuna a la sequía son cruciales a fin de garantizar que los países tomen las medidas adecuadas e inmediatas cuando son golpeados por la sequía. En pocas palabras, la acción temprana es una cuestión de supervivencia para millones de pequeños agricultores y comunidades de todo el mundo. Los ejercicios de simulacro y el consecuente sistema de gestión es un primer ejercicio para la creación de conciencia y capacidad institucional para responder con rapidez cuando la sequía u otro evento climático golpea.

* ¿Desea saber más? contacte al líder del proyecto Jacob van Etten: j.vanetten[at]cgiar.org


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Cecilia Schubert es Oficial de Comunicaciones del Eje Temático 4 Políticas e Instituciones para Sistemas Alimentarios Resilientes. Fotos por N. Palmer (CIAT).

Traducido al español por José Luis Urrea (CCAFS)