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Los intereses y necesidades de mujeres y hombres no son generales ni universales, y dependen de los diferentes contextos sociales. Deben además superar relaciones de subordinación; es decir, romper con la división sexual del trabajo, los estereotipos de labores domésticas y del cuidado de la familia y las formas de discriminación institucionalizadas.

Además, la brecha de la equidad de género implica que los hombres y las mujeres tienen diferentes vulnerabilidades y capacidades de adaptación frente al cambio climático, por eso es importante reconocer estas diferencias y llevar a cabo investigaciones con enfoque de género que permitan reducir esta brecha.

En este contexto, una de las investigaciones llevadas a cabo recientemente por el equipo de Género y equidad del Programa de Investigación de CGIAR en Cambio Climático, Agricultura y Seguridad Alimentaria (CCAFS) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) se concentró en el desarrollo de la Guía para la integración del enfoque de género en políticas públicas del sector agropecuario y de cambio climático en América Latina, que permite entender de manera diferenciada las necesidades de hombres y mujeres en cada contexto.

Esta guía es una herramienta descriptiva y detallada, que contiene las nociones clave que se deben tener en cuenta para la formulación de políticas con enfoque de género, y es el resultado de la necesidad de construir un instrumento que permita a los tomadores de decisión conocer y comprender los aspectos más relevantes del proceso de integración del enfoque de género en políticas agropecuarias y de cambio climático, e indicarles cuáles deben ser los resultados que se deben conseguir al tener en cuenta las recomendaciones.

Además de lo anterior, la guía se concentra en las etapas esenciales que deben seguir los realizadores y ejecutores de las políticas para involucrar el enfoque de género de manera efectiva y asumir un compromiso integral para reducir las brechas de género. Asimismo, dos secciones de la guía incluyen casos de estudio de aproximaciones exitosas de inclusión del enfoque de género en políticas de cambio climático en Centroamérica, que sirven para ejemplificar las etapas descritas anteriormente.

Etapas para la integración de género

En la guía se evidencian las cinco etapas que se sugieren para asumir un compromiso integral con el enfoque de género en las políticas. Así mismo, se presentan las consideraciones clave para cada paso:

1. Fase de preparación de la política, consiste en la conformación del comité institucional de género y elaboración del diagnóstico y de la declaración de política.
2. En la fase de formulación se definen las prioridades de la política con la participación y consulta a organizaciones de la sociedad civil (mujeres, jóvenes, campesinos, etc.)
3. La fase de elaboración y planeación, propone un lenguaje incluyente y la elaboración de principios transversales con la participación y consulta a organizaciones sociales.
4. En la fase de implementación se dan la priorización de actividades, presupuesto incluyente y la elaboración del plan de acción.
5. En la fase de monitoreo y evaluación se construyen indicadores sensibles al género y estrategias de seguimiento.

En cuanto a las recomendaciones finales, se deben tener en cuenta que la perspectiva de género debe estar presente en todas las etapas del proceso y en todos los apartes de un documento de política; además, se debe asegurar la participación de múltiples actores, entre ellos organizaciones de la sociedad civil, centros de investigación y universidades, para el desarrollo de políticas integrales. En tercer lugar, el proceso de formulación e implementación de las políticas es cíclico, ya que necesita de una retroalimentación constante en cada etapa para ser reforzado.

En cuarto lugar, una política con enfoque de género formula acciones que buscan reducir las brechas de género a través del empoderamiento económico de las mujeres, el reconocimiento de sus derechos y el fortalecimiento de su rol dentro y fuera del hogar. Por último, es necesario tener en cuentas estas recomendaciones atentamente, para dejar de reproducir los esquemas de discriminación y lograr cerrar las brechas de género en el sector agropecuario.